domingo, 6 de abril de 2008

Ouch!


Cuando un ser querido se va, duele, pero el ver a la persona que amas irse (aunque sea por unos días) provoca una sensación espantosa.
Hoy dejé en el aeropuerto a Edu, se va por unos días a Panamá por cuestiones de trabajo y no pude acompañarlo, sé que no siempre se va a poder y lo entiendo, pero al verlo partir me dieron ganas de tener alas y salir volando de ahí, para que nadie me viera llorar, y me siento (LITERAL) como perrito sin dueño. Jamás había sentido algo igual :(

Me provoca una sensación horrible, un hueco en el estómago que duele mucho y no puedo evitarlo. Pero esto me ha permitido ver cuánto hemos crecido como pareja, lo bien que estamos a pesar de los tropezones (o gracias a ellos) y que hoy más que nunca lo amo con toda mi alma y deseo estar a su lado por el resto de mi vida.
Edu: Gracias por haber aparecido en mi vida, por cuidar de nosotros y por amarme como lo haces.
Mientras estaré aquí, haciendo mis cosas y extrañandote como sólo se le puede extrañar a alguien que amas de esta manera...
Vuelve pronto, si? ;)

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